Luciana Crispino, Médico Internista, Medicina Paliativa, Red Salud UC,
Cuando estudié medicina me enseñaron la estructura microscópica de los virus y cómo estos producen enfermedades, sin embargo, nunca me enseñaron cómo enfrentar una pandemia.

Así como algunos ven la cuarentena como una oportunidad para compartir más tiempo en familia, podría decir que también ha resultado una oportunidad de aprendizaje en los equipos de salud. De alguna u otra manera todas las instituciones se están preparando, generando protocolos, y organizando nuevas formas de trabajar con los pacientes, incluida la telemedicina. Herramienta muy útil, pero que a los médicos nos hace sentir que no podemos hacer nuestro trabajo al 100%, porque nos falta el contacto con nuestros pacientes, el poder examinarlos como siempre hacemos y poder darles la mano o un abrazo.
Esto sin duda nos lleva a ser resilientes y dar lo mejor de nosotros para adaptarnos a esta nueva situación. Nos enfrentamos a tomar decisiones difíciles y nos estamos preparando para preguntas éticas en un nuevo contexto. Buscamos herramientas no sólo para tratar a nuestros pacientes, sino también para acompañarlos y cuidarlos.
Pero el coronavirus también nos genera miedo. Como el resto de las personas sentimos miedo. Miedo de contagiarnos y llevar la infección a nuestras familias y a otros pacientes, y también miedo a enfrentarnos a nuestra propia muerte. Y esta situación nos da la oportunidad de encarar una vez más la vida y hablar de las cosas que le dan sentido, reconociendo nuestra finitud.
.