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Asociación de Apicultores de Colina trabaja en obtener la denominación de origen para la miel de la comuna
La presidenta de la Agrupación de Apicultores de Colina, Teresa Sarmiento, invita a la comunidad a consumir la miel producida en nuestro territorio, que cuenta con una certificación de la Universidad Católica que da cuenta de sus propiedades beneficiosas para el ser humano.
Un suave zumbido recibe a los visitantes de la casa de doña Teresa Sarmiento en el camino Santa Luz, en el sur de Colina. La treintena de colmenares –apiario es el término que usa ella– desde el portón de la entrada hasta su hogar muestran una frenética actividad. La temporada estival es, claramente, tiempo de cosecha para las abejas.
“Nuestra Agrupación de Apicultores acá en Colina tiene alrededor de tres años funcionando, pero el trabajo con las abejas en la comuna tiene mucho más tiempo. Yo, por ejemplo, hace 15 años que con mi esposo tenemos apiarios”, puntualiza la también presidenta de la organización que reúne a los productores de miel y otros derivados de los colmenares.
El primer objetivo de la organización fue obtener mayor reconocimiento a su trabajo, directamente con autoridades y otras entidades. Sin embargo, tienen un horizonte claro. “El ideal para nosotros es que la miel de Colina tenga denominación de origen. La verdad es que hemos comprobado, gracias a un estudio que realizamos con la bióloga de la Universidad Católica Gloria Montenegro, que la miel que se produce en Colina es principalmente de origen nativo, con quillay y litre entre sus componentes. Eso hace que sea muy buena para combatir bacterias y enfermedades, le da un sello medicinal”, afirma Teresa Sarmiento. El estudio fue financiado gracias a recursos del Gobierno Regional Metropolitano y al que postuló la municipalidad de Colina, pero con el patrocinio de la Agrupación de Apicultores de la comuna.
Trabajo en pandemia y tiempos de sequia
La pandemia, si bien fue un tiempo difícil para todos los socios de su agrupación, no fue la debacle que se podía esperar, asegura Teresa Sarmiento: “Al principio de esta crisis teníamos temor, porque la restricción de quedarnos en la casa por cuarentena nos impedía como apicultores salir a ver nuestros apiarios. Pero recibimos una ayuda invaluable del municipio, desde la Oficina Agrícola, que nos permitió tramitar permisos de trabajo para que nos moviéramos hacia donde tenemos los colmenares”.
La mayoría de los apicultores de la comuna no tienen un lugar propio para tener sus colmenares, sino que los trasladan hacia parcelas, campos y terrenos rurales de todo el territorio. La presidenta de la agrupación explica que esta práctica se debe principalmente a la escasez hídrica que hace trece años azota a la comuna, que impide que haya muchos lugares con flora abundante para el trabajo de las abejas.
“Yo soy la excepción, tengo mis apiarios en mi propiedad, pero muchos de los socios colocan sus colmenares en terrenos de otros agricultores. Es un beneficio para todos, porque les ayudamos a polinizar sus cultivos y nuestras abejas tienen polen para trabajar. Esto lo hacemos de forma gratuita, porque en otras partes es un servicio pagado. Aquí cubrimos dos necesidades, la de nosotros de que nuestras abejas se alimenten y de los agricultores que sus cultivos se polinicen”, dice doña Teresa.
Beneficios de la miel
La miel, principal producto de la apicultura, tiene más de sesenta sustancias diferentes, aunque todas ellas varían según las flores y el tipo de colmena. Esta organización subraya que la miel contiene azúcares, ácidos orgánicos, vitaminas, ácido fólico, minerales y aminoácidos esenciales, entre otros componentes que tienen un alto contenido alimenticio y medicinal.
Su composición, además de la estructura que adquiere a nivel celular, hace que la miel tenga beneficios antiinflamatorios, antihistamínicos y para prevenir los síntomas de enfermedades respiratorias, lo que la convierte en una alternativa válida a los medicamentos contra gripes y resfríos. Además, es una gran fuente de energía y contiene muchos nutrientes, que puede actuar como endulzante para el te o aguas de hierbas.
