VDS Chicureo
El Árbol de Navidad: una tradición religiosa que cautiva hasta al más descreído de los ateos
Es innegable que la Navidad es la fiesta más importante y esperada del año. Y que cautiva a creyentes y a ateos casi por igual. Aunque tenga un origen religioso. Cada 25 de diciembre, el mundo entero conmemora el nacimiento de Jesucristo. Con una celebración que involucra un menú especial e importantes regalos. Una decoración alusiva y un protagonista: el árbol de Navidad.
Según la tradición, su armado sucede en vísperas del evento. El 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción de María. Y debe estar presente hasta el 6 de enero, tras la llegada de los Reyes Magos. El momento de decorar el árbol de navidad luces y adornos es un acontecimiento. Cada año se compran nuevos ornamentos. Se repite el árbol o se reemplaza por uno nuevo. Y se embellece en tonos rojos, dorados y plateados.
El origen del Árbol de Navidad
Ancestralmente, el árbol representaba la fertilidad y la regeneración. Y la tradición de decorar un árbol en diciembre es el resultado de una transformación. De la adaptación que hizo el cristianismo de las costumbres paganas de los árboles sagrados. Los paganos cortaban un árbol. Lo sujetaban con clavos y lo adornaban con oro y plata. Los babilonios cortaban un árbol para depositar regalos por debajo.
Pero el antecedente de los adornos navideños remite a los celtas. Que decoraban los ejemplares de roble con velas y frutas. Durante los solsticios de invierno. Con la creencia de que así los reanimaban. Y aseguraban el regreso del sol y la producción. Tiempo después el cristianismo adoptó esa práctica, pero con una impronta propia. Comenzaron a talar abetos en Navidad y los adornaban con velas.
El paso de los años y la injerencia de distintas culturas y costumbres dejaron huella en esta tradición. También la evolución y la industrialización. Los árboles naturales fueron reemplazados por artificiales. Las frutas, por esferas y otro sinfín de adornos. Y las velas, por luces. Hasta la actualidad, donde podemos encontrar un magnífico arbol de navidad con luces integradas.
Los primeros árboles artificiales
La costumbre de talar árboles para adornarlos en Navidad quedó en la historia. Desde hace mucho tiempo, las familias vuelcan la decoracion navideña en uno artificial. Y lo hacen gracias a la gran idea de Si Spiegel. Un aviador norteamericano de la Segunda Guerra Mundial. Que al regresar a Estados Unidos se empleó en una fábrica de cepillos. Y detectó las dificultades de sostener árboles naturales en las vidrieras comerciales.
A mediados de los ’50, la empresa en la que trabajaba estaba en crisis. Y el negocio de las decoraciones de navidad era muy próspero. Entonces les propuso a sus responsables fabricar árboles artificiales. Usufructuar el éxito del rubro navideño para intentar remontar la situación financiera. Pero sus jefes no veían futuro en un negocio que sólo se acotaba a diciembre. Y sólo a 20 días de ese mes del año.
Después de varias dudas, la compañía dispuso un presupuesto acotado. Y le permitió a Spiegel crear unas muestras. Que mucho distaban de un arbol de navidad con luces led como los actuales. Pero fueron mejorando y diversificándose. Los fabricaban verdes y blancos. Y hasta salpicados con un producto que emulaba a la nieve. Cada vez más clientes los compraron. Hasta dejar en desuso los árboles reales.
Unos 15 años después, el negocio dio sus frutos. En la década del 70, la empresa alcanzó ventas de 800 mil árboles por año. Spiegel manejó la empresa durante más de 25 años y se volvió multimillonario. Y responsable de que hoy haya un árbol de navidad pequeño con luces. O grande con adornos y guirnaldas. En millones de casas alrededor del mundo. Para que Papá Noel y los Reyes Magos dejen regalos.
Los adornos del árbol y su significado
Las bolas
La decoración de navidad involucra un montón de adornos. Que, al igual que el árbol, tienen un origen y significado. Para algunos, las bolas rojas son la superación de las frutas. Que usaban los celtas para decorar sus robles. Para otros, la simbolización de las manzanas del árbol de Adán y Eva.
Otras versiones las asocian a los dones que Dios les otorga a los hombres. Identificados con colores. Las esferas de color oro o doradas simbolizan la alabanza. Las bolas plateadas, el agradecimiento. Las azules, la reconciliación. Y las de color verde, la abundancia.
Las luces
Como vimos, antiguamente se colgaban velas en las ramas de los árboles de Navidad. Que representaban a las estrellas centelleantes en el cielo nocturno. O la presencia de Dios. Según quien cuente la historia. Actualmente y desde hace mucho tiempo, las velas fueron reemplazadas por luces. A principios del 1900, la empresa eléctrica Edison puso por primera vez lamparitas en un árbol navideño. Y marcó un antes y un después.
Los lazos y los ángeles
Habitualmente colocamos en el árbol cintas, moños y guirnaldas. Y éstos también tienen un antiguo y religioso significado. Simbolizan la unión familiar. La alegría, el cariño y el respeto por los seres queridos. Con los que se comparte la celebración. Relacionado con los lazos, están los ángeles que colgamos. Que, según dicen, protegen a la familia. Y son los encargados de enviar mensajes del cielo a los hombres.
La estrella de cinco puntas
La historia también tiene un argumento para la estrella que ubicamos en la punta del árbol de Navidad. Según el Nuevo Testamento, remite al astro Belén, que acompañó y guió a los Reyes Magos. Durante su camino hasta encontrarse con Jesús. Desde entonces, este adorno de cinco puntas simbolizaría el camino a seguir. La fe que nos guía.
La tradición indica que la Estrella de Belén debe colocarse en Nochebuena. A pesar de que el árbol se arma el 8 de diciembre. Del mismo modo, con frecuencia se le asigna esta tarea al integrante más chico de la familia. Quien alcanza la cima del árbol con la ayuda de un adulto.